Ir al contenido principal

Término medio... ¿increíble?

Término medio... ¿increíble?


Este relato participa en el reto de escritura creativa Estrella de Tinta 2023 organizado por MUSAJUE. Los objetivos y demás están al final del relato.
Número de palabras: 2.023 (Justo, merezco premio).

...

Si la expresión "término medio" fuese una persona, esa persona sería yo. A mis veintiún años he exitosamente llegado a la cumbre de la deprimente realidad laboral y social que el siglo veintiuno ofrece a la generación en la que me obligaron a nacer.

¿Graduarme del colegio en una aparatosa ceremonia que duró más que todos mis años escolares juntos? Hecho. ¿No poder ingresar a la universidad porque mi súper increíble madre no podía costear los seis años de carrera? Hecho. ¿Verme obligada por la economía de mierda a tomar un trabajo que siempre critiqué para ayudar a mi madre? Hecho. ¿Parpadear y que de repente cuatro años de mi vida se hayan ido en lidiar con gente de mierda, proveedores de mierda y la misma jefa de mierda? Hecho. 

—¡Paradero dieciocho! —grita el colector y me levanto tan rápido que termino golpeándome con la barra donde se agarran las personas. 

¿Estoy teniendo pensamientos deprimentes de mi vida en el bus camino al trabajo? Claro que sí. Lastimosamente, no me toma ni quince minutos llegar al local donde trabajo. “La tiendita de la esquina” o "La tiendita de mi desdicha", como prefiero llamarle en mi fuero interno. 


...


—Chama, ¿puedes cerrar hoy? Mi novia acaba de escribirme que hoy tiene la casa sola y… —Yesenia mueve las cejas sugestivamente mientras sigo masticando mi chicle—. Poooor faaaaa —lloriquea. 

Exploto mi chicle. 

—Organiza la comida de perro y lárgate. 

Evidentemente, Yesenia chilla y me abraza asegurando que soy la mejor compañera que alguna vez ha tenido en esta cochina vida. Dulce. 

Desvío mi atención de mi explosiva compañera de treinta exquisitos, según ella, años cuando escucho la campana de la puerta sonar. 

Casi me atraganto con el chicle apenas veo la distintiva cabellera verde de quien se ha vuelto el amor de mi vida. 

—¡Angélica! —saludo y sí, grito como una gallina que acaban de pisar.

Vergonzoso. 

—Hola, Consta. ¿Cómo estás? —me sonríe. Creo que suspiro y todo. 

—B-bien. ¿Y tú? 

—Podría estar mejor. Maldito socialismo. En fin, ¿tienes huevos? 

—¡Claro! ¡Te los traigo enseguida! 

Y huyo. Porque el chute de adrenalina que esa pequeña interacción acaba de darme me tiene el corazón bombeando a mil por segundo. Dios mío santo, ¿algún día podré conversar con ella sin sentir que me estoy muriendo? No, no creo. 

—Concéntrate en respirar, Constanza. Y actúa como una loca normal, por favor —me digo. 

Consigo entregarle el cartón de doce huevos y su vuelto sin humillarme (más) a mí misma. Básicamente porque respondo con “uhms” y “ajas”. Angélica se va luego de desearme una buena tarde y guiñarme un ojo. 

—Mi alma, estás derretidita como mantequilla en plato caliente. 

—¡Yesenia! —grito, saltando del susto.

Se burla de mí hasta que su novia le escribe. Ay, estoy perdidísima. 


...


Cuando piso mierda de dragón me comienzo a preguntar si estoy malditamente soñando. No tengo tiempo de formular correctamente la idea en mi cabeza pues una flecha se me clava en el brazo. Grito mientras el impacto de la flecha me lleva hasta el piso. 

—¡Gwen! ¡Gwen! 

El dolor es insoportable y parece expandirse por cada extremidad de mi cuerpo. Es algo vivo que late y nubla cada uno de mis pensamientos. Estoy segura que parto mis labios mientras los muerdo. Arranco la flecha de mi brazo y suelto una maldición que ni siquiera sabía que me sabía. ¿Es normal que comience a sentir mi cuerpo adormecerse?  

—¡¿Por qué hiciste eso?!  

Distingo una cabellera negra y alguien toca mi antebrazo. Grito. Grito tan fuerte que mi garganta comienza a sentirse irritada y ¿en serio puedo sentir tantas cosas mientras me desangro? Porque soy perfectamente consciente del sudor corriendo por mi cuerpo, de la hediondez que emana de mí, de la sangre escurriendo de mi herida y del ardor en mi garganta a medida que grito.

—Quédate conmigo, Gwen. Estarás bien, mi amor. Cuidaré de ti, pero no me dejes.

El sujeto que cree que soy Gwen me alza en brazos y casi vomito, si no estuviese comenzado a caer inconsciente. Huele fatal. Mis ojos comienzan a cerrarse mientras el sujeto me lleva a quién sabe dónde. Me fuerzo a mantenerme despierta. Pero finalmente ocurre: no puedo mantenerme despierta. Caigo inconsciente y mi último pensamiento es que realmente no quiero morir. 


...


—Ayer me pasó una mierda muy loca —le digo a Yesina apenas entro en el local.

—¿Y a ti qué mosca te picó que estás aquí tan temprano? 

—¡¿No me estás escuchando?! ¡Te estoy diciendo que algo me pasó ayer! ¡¿Y me preguntas por qué llego temprano!? 

Yesenia me alza las cejas.

—A ver, a ver. Cálmate loca, que ni siquiera me he tomado una coca cola como aguantarte a ti y tu actitud. 

Una parte de mi cerebro acepta que tal vez estoy actuando como una perra lunática con Yesenia, pero la otra parte de mi cerebro que tuvo un sueño muy vívido anoche sigue gritando. 

—¡No estoy jodiéndote, coño! ¡Estoy hablando en serio! ¡Pero no quieres pararme bolas, como si yo…! ¡¿A dónde vas?! 

Yesenia no me responde. Sale de detrás del mostrador, se acerca a mí, levanta la mano derecha y me cachetea. Un sonidito de sorpresa se escapa de entre mis labios, pero luego todo es silencio. 

—Bueno, ya no te ves como una lunática —comenta ella, encogiéndose de hombros—. Cuéntame. 

Parpadeo tres veces. ¿En serio vamos a actuar como si no me hubiese agredido físicamente? Ah. 

—Anoché pisé mierda de dragón. 

—¿Qué?

—Y una flecha se me clavó en el brazo. 

—¡¿Qué?! 

—Y un tipo me besó mientras moría. 

—¡¿Qué qué?! 

—Era un sueño. 

—Ah, ya. Eso… 

—Pero mira —interrumpo. Me saco la blusa sin siquiera inmutarme por quedar en sostén frente a mi compañera de trabajo desde hace tres meses y me doy la vuelta.

—¡¿Qué carajos es eso, Constanza Carolina?! 

Sí, ella está viendo la misma herida apenas cicatrizando en el medio de mi brazo derecho que yo vi esta mañana. 

—Ya te lo dije: me clavaron una flecha en un puto sueño anoche. 

Me volteo. Inconscientemente comienzo a jugar con las puntas de mi cabello. 

—Constanza, ¿te metiste perico? Porque si es así yo no te juzgaría, a veces…

—Coño e’ la madre. ¡No me fumo o me meto nada de esa mierda! Ni quiera me gusta la guarapita. Te estoy diciendo que esta mierda loca me pasó anoche y esta mañana me desperté así. 

La histeria amenaza con volver a apoderarse de mí así que clavo las uñas en mi antebrazo. Mala idea. Una corriente de dolor se expande desde mi herida hasta el último vellito de mi cuerpo. 

—Bueno, te creo. Aún recuerdo cuando escupiste ese traguito de guarapita en la camisa de Juan. En fin. No te drogas, pero te despiertas con heridas en el cuerpo de… ¿un sueño?

Una risita se escapa de mi porque eso definitivamente suena como si estuviera en drogas fuertes.


...


¿Despertarme con una erupción debido a que caí en una mata de hiedra venenosa? Hecho. ¿Tener dolor de culo tres días por una cabalgata súper peligrosa? Hecho. ¿Fracturarme la muñeca mientras escalaba el maldito Monte Everest? Listísimo. ¿Cómo pasé de enumerar las regulares y deprimentes realidades de mi vida a enumerar los daños físicos que mis sueños me dejan? Aparte ¿no puedo tener malditos sueños normales?  No, aparentemente tengo que soñar con fantasía. Ni quiera me gusta Harry Potter, coño. 

—¿Estás  bien, compañero? 

Y, para rematar, puedo ser quién sea en mis sueños.

—¿Por qué estamos haciendo esto? —me quejo. 

Es ridículo que los hombres en esta época tengan que andar en pantalones (o mallas, o lo que sea) tan increíblemente ajustados para su anatomía y botas con tacones que podrían partir una nuez.

—Hoy estás actuando raro, Johnnie John. Ya te lo he dicho: ¡estamos buscando un tesoro! 

Le arranco el mapa a mi compañero. ¡Es un pedazo de pergamino con una línea recta que al final dice tesoro! ¡Y llevamos caminando dos horas o lo que sean dos horas en los sueños! 

—¿Cuántas veces te dejaron caer de pequeño, chamo? —gruño, cerrando el pergamino. 

—¿Ah? 

—Olvídalo. Y sígueme. 

En unos cinco minutos llegamos a la bendita equis. Evidentemente, mi compañero de búsqueda no es tan inteligente y se acerca corriendo a la equis. Observo sin inmutarme como una red lo atrapa. 

—¡Arghhh! 

"Uhm…"

Ni me acerco al pobre diablo que ha elegido el camino de la pendejez. Lo dejo atrás con sus gritos de fondo. Es la primera vez que durante un sueño me desvío de lo que "debo" hacer. Ignoro ese "no-sé-qué" que me ha guiado desde el primer sueño. Tal como Yesenia predijo, no camino mucho antes de que "algo" pase. 

—Hey, hey, linda, ¿a dónde crees que vas? 

Me volteó y detallo a la mujer frente a mí.

—Debes estar bromeando, ¿cuánto tienes? ¿quince? —Es lo primero que digo, demasiado asombrada como para avergonzarme. ¡Es que es una chamita la que tengo en frente! 

—Tengo dieciocho, para que sepas —aclara—. Pero eso no importa. ¿Por qué no estás siguiendo el guión? Tienes que seguir buscando el tesoro con Billy Jack. ¡No puedes dejarlo botado! 

—¿Disculpa? ¿Yo tengo que…? —repito, comenzando a molestarme. Odio que me digan que tengo que hacer cosas. 

—Mira, yo te di este don. Es un regalo para que puedas vivir nuevas experiencias. ¡Explorar nuevos mundos! ¡Vivir emocionantes aventuras! Eres mi primera chica y yo necesito, realmente necesito, que lo hagas bien. Somos un equipo.

—Voy a interrumpirte en este mismo segundo porque si sigues hablando voy a usar este hediondo cuerpo para romperte la madre —interrumpo—. No sé quién coño eres ¡y este no es un maldito don! Noche tras noche me veo metida en estos sueños hijos de puta. ¡Lo único que me falta es ser baleada! 

—Creo que estás exagerando…

—¡Y un carajo! —grito, empujándola—. No quiero tu don o lo que sea. Hoy se termina. Exijo mi normalidad de vuelta. Me regresas a mi regular y deprimente vida de adulta de veintiún años, hoy. Y si vuelvo a tener uno de estos sueños voy a cazar tu culo y despedazarte. ¿Entendiste? 

—Mortales.


...


—Entonces ¿es todo? ¿No más sueños locos? —pregunta Yesenia.

—Soy una mujer libre. 

—¡Al fin! Esto hay que celebrarlo, nojoda. —Yesenia golpea el mostrador haciendo que se caigan las chupetas. Nos reímos mientras las recogemos. 

La puerta de la tienda se abre, Yese me empuja y rodando los ojos me pongo de pie. 

—Hola, buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarle?

—¿Te cortaste el cabello? —pregunta Angélica.

—¿Eh? Ah, sí. —Como reflejo, toco las puntas cortas de mi cabello—. Decidí hacer un cambio. No lo cortaba desde que tenía doce. 

¡Una frase completa! Felicitaciones, nena. 

—Bueno, de ambas formas te ves bonita.

Oh, mai god

—Está coqueteando —susurra Yesenia. La pateo. 

—Tú siempre estás bonita —me río. Angélica se inclina en el mostrador y estamos malditamente cerca—. ¿En qué —carraspeo—... en qué puedo ayudarte? 

—Tendré que ser directa, me parece —sonríe, ¿sus labios siempre han sido así de llamativos?—. ¿Hoy estás libre? 

—Solo libro los… —Yesenia me muerde (¡¿la maldita mordió mi pierna?!) y reacciono—. Sí, sí. Hoy estoy libre. 

—Bueno, me parece que ya no. ¿Nos vemos aquí a las siete? Podemos ir al Patio Bar y no sé… ver qué pasa. 

—Ver qué pasa… suena increíble, sí. 

Me avergüenzo un poco más riéndome chillonamente. Bendito Jesús, yo tuve que bañarme mientras estaba en el cuerpo de un señor de ochenta años y no puedo manejar un coqueteo con mi crush. 

Angélica, acá el amor de mi vida, se despide de mí con un beso en mi cachete.

—Amiga, comprate el kino porque hoy estás que arde. 

Yesenia me palmea el hombro y ¿en serio me estoy emocionando más por conseguir una cita que por deshacerme del maldito don de mierda? Sí, vergonzosamente lo estoy haciendo. 

En fin. ¡Tengo una cita! 

—Oh, por Dios. ¡¿Cómo voy a maquillarme?!, ¡¿y qué me voy a hacer en las greñas?!, ¡¿has visto la hora?! ¡Son las tres! ¡No tengo tiempo! 

Y Yesenia vuelve a hacerlo. Me cachetea para sacarme de mi ataque de histeria. Tal vez debería decirle que no es una buena forma de ayudar. 


...


Un besito si han leído hasta acá. Los tkm.

Antes que nada les dejo un pequeño vocabulario de expresiones que tal vez no captaron del todo (y sí, este año estoy intentando una vez más ambientar mis realtos en mi país; Venezuela):

  1. Parar bolas: prestar atención.
  2. Perico: droga.
  3. Guarapita: un coctel básico con mucho alcohol y un poco de jugo de naranja. Lo básico de la fiesta, por favor.
  4. Chupetas: véanse como chupachús, chupetín, chupaleta, chupeta, pirulín, popi o cóyac. 
Ahora sí háblemos de los objetivos que intenté mostrar en el relato. 
Obj. principal: 4. Darle un supepoder a un donadie para crear un relato surealista. 
Obj. secundario n° 1: 15. narrar una busqueda del tesoro. 
Obj. secundario n° 2: 13. relatar el primer amor. 

Di lo mejor de mi luego de no escribir ni la hora por un año. Pido las debidas disculpas, sé que hay una narración rara. Pero, hey, estoy abierta a criticas. 
Besitos. Cuídense. 



Comentarios

  1. ¡Hola! Este será mi primer comentario sobre un relato para el reto. Y elegí el tuyo porque me gustó mucho. El esfuerzo que hiciste por integrar expresiones de tu tierra me llegó bastante, no sólo porque las haya podido entender sin el glosario, en realidad me parece que le dan personalidad a tu relato.

    Quizá, solo hubo una cosa que quizá quedo un poquito nubosa, uno de tus objetivos hablaba del primer amor y si que se desarrollaba un tema romántico intenso y nuevo. Pero al menos yo, no alcancé a percatarme que efecto se trataba de un primer amor...

    ¡Gracias por tu relato!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ay, gracias por comentar.

      Fíjate que justo ese objetivo secundario me produjo inseguridad mientras releía el relato. Para mí es clarísimo que es el primer amor de Consta, pues es muy intenso. Luego pensé que igual no necesitaba escribir tal cual el "mi primer enamoramiento" pues es un objetivo secundario así que la mayor fuerza debía tener el objetivo principal que era el relato surrealista con superpoder a un donadie. A ver que dice la jefa.

      Besitos.

      Borrar
  2. Curioso relato, interesante usar el tema sueños para meter los objetivos. Es un relato intencionada y completamente caótico en cuanto a trama xD pero ya siendo de sueños y superpoderes la locura va un poco de la mano. Me ha gustado como recreas su vergüenza con la chica que le gusta jaja. Bien por los dialogos, bastante comprensible todo, quizá cambiaría cuando habla consigo misma de dialogo a entrecomillado, pero creo que está igualmente correcto ☺️ y curiosa la búsqueda del tesoro aunque no se sabe qué era y al final parece más un rodaje? Esto no me quedó muy claro. Pero bien hecho en general.
    .KATTY.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Hola, hola.

      Gracias por el comentario, jefa Katty.

      La búsqueda del tesoro realmente tenía el objetivo de traer a la muchacha que le dio el poder a Constanza. Eso en cuanto a la trama, en cuanto al objetivo para el reto pues de alguna forma tenía que meter que Constanza enfrentaba a su "hada madrina" X'D

      Borrar
  3. Buenos días

    Acabo de leer tu relato y me ha gustado. Está muy bien escrito y es muy curioso como mezclas la vida de una persona sin futuro ni expectativas con las manifestaciones de un poder único, de algo que le permite vivir aventuras y salir de su vida miserable. Es interesante que la protagonista decida renunciar a ese "don" para volver a su vida cotidiana y aburrida.

    El estilo muy bien: se lee con fluidez y apenas hay erratas. Solo tengo dos tonterías:

    si no estuviese comenzado a caer inconsciente --> ¿comenzando?

    le digo a Yesina apenas --> ¿Yesina o Yesenia?

    Enhorabuena por el relato y un saludo.

    Juan.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Hola, hola!

      Gracias por el comentario, Juan 1. Lo de Constanza eligiendo volver a su vida corriente es algo que me ha rondado la cabeza por años. Soy de la generación de lectores que creció leyendo distopías, fantasía y superpoderes por aquí y por allá. Soy esa generación que "desea" ser un mago, bruja, semidiós o lo que sea y ahora que tengo más perspectiva me digo: "oye, no". Tener un superpoder trae un montón de dolor, zozobra y desbalance a tu vida. Si un día despiertas siendo vampiro (lo más común) no vas a decir ¡ay, qué lindo! Entras en pánico y ves toda tu vida irse a la mierda. En fin, eso quería reflejar con Consta.


      Esa línea de la inconsciencia me costó y no me terminó de convencer. Pero no se me ocurrió en el monto otra forma de decir que estaba casi inconsciente.

      Es Yesenia, evidentemente. El Yesina es porque soy tonta.

      Besitos.

      Borrar
  4. Sorprendente relato, al principio me parecía un caos, no lo entendía pero al ver los objetivos, lo leí de nuevo y lo comprendía todo, es un relato surrealista. Es un relato fácil y rápido de leer. Enhorabuena

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ¡Hola!

      Gracias por el comentario ¡y muchísimas gracias por dejarme saber que lo hice bien creando un relato surrealista! Me comí un artículo de Google para saber de qué iba, cómo se hacía y más o menos el estilo. Que el surrealismo no es lo que suelo leer y tenía mis dudas.

      Besitos.

      Borrar
  5. Bueno, como ya te señalé, me parece un relato muy original y de lo mejor que haya leído últimamente. Hubiera escrito el micro de tu historia si no se hubiera adelantado otro participante con su comentario. Como dicen por allá, ¡un relato vergatario!

    ResponderBorrar

  6. ¡Hola, Carly!
    2023 palabras que se me han ido en un suspiro, enhorabuena por el relato. Entiendo que no has podido desarrollar más la última parte por el límite de palabras, lo he visto un poco de sopetón por esa parte.
    Me gusta mucho como has usado los objetivos. Y, como la típica comedia, no hay nada como saborear tus deseos hechos realidad para ver que ya tenías todo lo que querías en tu aburrida y real vida.
    Un bonito recordatorio que la vida real es más lenta que las películas pero que estamos hechos para este ritmo de vida y no otro.

    Nos leemos pronto :)

    ResponderBorrar
  7. Buenas Carly, me encanta el ritmo de tu relato, las conversaciones y la naturalidad con la que esta escrito. Los diálogos verdaderamente le imprimen un ritmo frenético, me quedo con ganas de ver esto representado en una obra de teatro. Por otra parte, para mí, el tema del superpoder no me queda del todo claro, entiendo que es trasladar a la realidad lo que ocurre en sueños. La parte fantástica la noto un poco forzada, pero me da igual porque realmente me encantan los chismorreos de la tiendita y las escenas que se dan allí. Me ha sido fácil y entretenido de leer, así que muchas gracias por compartir :). Enhorabuena !

    ResponderBorrar
  8. Los latinos tenemos una identidad inmersa en nuestro interior e inconsciente , el realismo mágico. Es nuestra identidad... Tu relato tiene ese toque mágico, de hacer parecer esa desigualdad que vivimos día a día con toques de magia, normalizando la droga o el alcohol pq tratamos de escapar de nuestra triste realidad. La frase de "¿No poder ingresar a la universidad porque mi súper increíble madre no podía costear los seis años de carrera?" me dejo <3. Muy buen relato! me perdía un poco pero con una segunda lectura pude entender bien el contexto! Amo los relatos oníricos sobre todo cuando te dan la sorpresa. Nos leemos el próximo mes!
    Me recordó a Isabel Allende :)

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

El secreto de la biblioteca

 El secreto de la biblioteca. Número de palabras : 250 palabras.  Este microrrelato es una continuación del relato El palacio  de  Ana  y participa en el  Estrellas de tinta 2023  organizado por  MUSAJUE . ... Eli le ha sacado mucho provecho al hecho de ser mujer y de las menores de su familia para desaparecer cuando le conviene. Así que una excusa tonta es suficiente para salir de su casa. No pierde tiempo al ingresar al bosque. Cierra los ojos y deja que sus sentidos la consuman. Desde pequeña ha sido capaz de sentir "cosas", más bien "energías". Al bosque ser tan antiguo al principio se siente abrumada, pero se enfoca en buscar una sensación diferente. Si El Palacio fue protegido por un brujo su energía debe ser distinta.  No se equivoca. En menos de diez minutos está frente a la roca y aparta la cortina de hierbas. Un prado lleno de mandrágoras se abre frente a ella. El Palacio es imponente e irradía energía salvaje. De su bolsa saca una linterna y se adentra en

Fue un ACV

Esta recopilación participa en el Reto anual: 12 meses 12 Relatos 2020 organizado por De aquí y de allá by TanitBenNajash. Consigna : El protagonista debe morir.  Palabras : 250. Fue un ACV. Tu abuelo tenía 87 años. Tenía el carisma y las mismas ganas de comerse al mundo (o mandarlo a la mierda, lo que sucediera primero) que un carajito de 18 años. Mientras que tú pasabas la mitad de tu día quejándote de dolor en los dientes y migrañas debido a la tensión alta a tu abuelo no le daba ni picopico.  Ese señor no sufría de la tensión, no tenía achaques de la edad, no usaba lentes o plancha. Coño, era todo un acontecimiento que le diera una gripesita.  «Es porque soy un hombre de campo, carajita. ¡Yo comía tierra! Mis papás no andaban con esas marisqueras de "ay, ta' chikito". Llevando verga desde pequeño. Jarto de mondongo y pata de ganao'».  Tu abuelo se durmió quejándose por los zancudos, que no lo agarraba un infarto pero sí lo iba a agarrar el dengue ese como siguiera